Conoce qué es el paisajismo urbano

muros verdes

Cada vez es más común ver cómo van desapareciendo poco a poco las áreas verdes en las grandes ciudades para dar paso a más edificios de oficinas o departamentos. Contados son los parques con árboles o jardineras en las banquetas, esto no sólo provoca un mayor índice de contaminación en el aire, sino que también afecta nuestra salud y nuestro ánimo. Sin embargo, una alternativa para dar solución a este problema es el paisajismo urbano.

El paisajismo es una actividad que modifica los espacios, tanto rurales como urbanos, al agregar elementos vivos y verdes como flora y fauna, cultivando las plantas con el propósito de crear un entorno paisajístico bello y ecológico, esto lo logra a través de la instalación de muros verdes y azoteas verdes. Asimismo, el paisajismo adapta nuevas construcciones a la forma natural del terreno, respetando sus elevaciones características, las formas naturales que viven en él, así como los cauces o ríos de agua que lo cruzan. El objetivo es crear edificaciones que sean amigables con el medio ambiente, de esta manera, se cuida mejor del planeta.

El paisajismo urbano engloba múltiples disciplinas como la agronomía, la arquitectura, la ecología, la sociología, el arte, etc., ya que requiere de todas ellas, así como de habilidades en el diseño, planificación, creatividad, organización e imaginación. Al crear más áreas verdes en las urbes ayudamos a disminuir la contaminación, respirar un aire más limpio y, por lo tanto, reducir las enfermedades del sistema respiratorio; además, el convivir con la naturaleza trae muchos beneficios, no sólo en nuestra salud física, sino también en la mental, ya que su color, sus olores y la armonía que crean en los espacios ayuda a disminuir los índices de estrés en las personas. Imagina una vida en la que no cargues con el estrés todo el tiempo y respirar el aire del exterior no dañe tus pulmones. Los espacios creados por el paisajismo urbano como muros verdes o jardines verticales y azoteas verdes conservan la belleza, la diversidad y la conexión que los hombres tenemos con la Madre Naturaleza.

Para el desarrollo óptimo de estos espacios, el paisajista debe siempre tomar en cuenta las necesidades de quienes habitan o van a habitar en dicho lugar, así como las características del terreno en el que se desarrollará la edificación para notar de que forma el paisajismo puede favorecerla. La importancia del paisajismo ha aumentado en los últimos años, ya que es sumamente necesario cuidar los recursos naturales y construir con un mejor ordenamiento territorial, con todas las repercusiones ambientales, ecológicas, funcionales y estéticas que conlleva.

La importancia del paisajismo en las grandes ciudades radica en los beneficios que nos traerá a nosotros y al medio ambiente, es decir, al entorno en el que vivimos. Los paisajistas o desarrolladores crean arte, por ello, su profesión es compleja y abarca muchas disciplinas, las cuales se unen para crear espacios verdes, funcionales, y con una buena estética para la población. Cada diseño de un jardín, de muros verdes y azoteas verdes se desarrolla para adaptarse al lugar en el que se instalarán, ya que no es lo mismo colocar un jardín vertical en las paredes exteriores o interiores de una casa o de un edificio de oficinas que proyectar y construir un nuevo parque en un sitio determinado de la ciudad. El paisajista siempre se basará en las necesidades de la población para crear sus diseños, siempre tendrá una intención especifica para desarrollar las áreas verdes, además de pensar en los beneficios que les traerá a los usuarios. Existen muchas variedades de paisajismo, pero se dividen principalmente en occidentales y orientales.

Los primeros jardines occidentales, desarrollados en la época Medieval, tenían como objetivo proveer de ciertos alimentos y plantas medicinales en pequeñas porciones de tierra que se hallaban dentro de castillos y monasterios; además, cada planta poseía un valor simbólico. También en la Edad Media se empezaron a usar las plantas aromáticas, sobre todo, para combatir los olores que emitían los desechos de las calles. En el Renacimiento, los jardines empezaron a expandirse, ya no sólo como proveedores de alimentos, sino también para la búsqueda del deleite y el goce, sobre todo, en los estratos nobles de la época. Poseer estos jardines denotaba cierto poderío, por ello, todo noble debía tener un jardín con el estilo que Le Notre había diseñado para el Rey Luis XIV entre 1613 y 1700. Por esta razón, Europa se vio invadida de este tipo de jardines, hasta que, los ingleses, propusieron crear jardines que respetaran la naturaleza, los lagos y las especies animales que habitan en ellos; eran jardines planificados, pero con una apariencia más natural y no tan artificial. Con el nuevo modelo de democracia, que se desarrollo después de la Revolución Francesa, los jardines de toda Europa que estaban destinados sólo para unos cuantos, fueron abiertos para el pueblo, lo que dio origen a los parques públicos.

Ahora bien, los jardines orientales eran completamente diferentes a los occidentales, ya que, lo que ellos buscaban, era tener un lugar armónico, poblado de bella vegetación y, a partir de él, planificaban su vivienda, es decir, ellos se adaptaban a la naturaleza, no al revés. En la actualidad, los jardines orientales siguen respetando los espacios que componen la Naturaleza para crear sus espacios concedidos, principalmente, para la meditación.

El paisaje siempre ha formado parte de nosotros, es el lugar en el que vivimos y sólo de nosotros depende su cuidado y su conservación. Ya no se trata sólo de crear y gastar los recursos que la Naturaleza nos brinda, sino de preservarla para poder experimentar, compartir y vivir una vida más sana y equilibrada.